Los conflictos entre los seres humanos y los elefantes en países como Kenia son frecuentes. Un sólo elefante hambriento puede devorar durante la noche toda una cosecha familiar. Los agricultores se agrupan en torno a las hogueras toda la noche durante la época de la recolección. Cuando se acerca un elefante, los agricultores empuñan antorchas y sus hijos golpean cacerolas. No todos los cultivos pueden ser protegidos, y en ocasiones los elefantes no se asustan.
En ocasiones los agricultores matan a los elefantes por destrozar sus cosechas, y los paquidermos también han matado a seres humanos en esas incursiones, para ser perseguidos luego por los celadores del parque.
Descubrieron que los elefantes emiten sonidos de alarma de baja frecuencia cuando se hacen presentes las abejas para evitar los conflictos con esos insectos, dijo la investigadora Lucy King, cuya tesis sobre los sonidos de alarma de los elefantes fue publicada la semana pasada por la Biblioteca Pública de las Ciencias.
Los agricultores podrían erigir "valles de abejas" al colocar colmenas en postes cada 10 metros (29 yardas), dijo King. Un alambre recio conectaría los postes y haría que oscilaran cuando tropezaran con ellos los elefantes, agitando a las abejas. Los enjambres molestan a los paquidermos, que huyen emitiendo sonidos inaudibles al oído humano para alertar a otros elefantes cercanos.
"Es imposible cubrir África con vallas electrificadas", dijo King en la entrevista" y agregó que ésta "podría ser una forma mejor de apartar a los elefantes de los cultivos".